Bello Abril

Nos pasan tantas cosas en la vida, que si aparece el sol hay que dejarlo pasar... Abril, otra vez, para que no tengamos soledad. Y las violetas que coronan tu tristeza y las guirnaldas de tu inmensa soledad sos tan hermosa que jamás vas a dejar de brillar así aquí o allá... Sos parecida a los planetas que se mueven por ahí que no podés parar ya nunca de girar... Para que no tengamos soledad... para que no tengamos nunca más soledad... Fito Paez.

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Nombre: Abril Lech
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

martes, febrero 07, 2006

Hacer el "click"

Quienes conocen la historia no se asusten por anticipado.
Que no viene a cuento el cómo sino el qué.
Molesté toda la semana a varios con esta frase sonora que no tiene relación directa, aunque también podría, con mi curso de doblaje neutro.
“Hacer el click” es para mí ese momento en el que algo finalmente se incorpora al cuerpo e inunda el alma, el pensamiento, el corazón y todo el sistema emocional de una persona.
Puede tener que ver con tomar conciencia de una situación, o con encontrar finalmente el camino para llegar a un objetivo, o con dar con la solución que necesitábamos, hallar la respuesta adecuada, o como me sucedió a mí entrar finalmente en los zapatos de Juana Jerónima Spancuaffoco.
Es interesante el no terminar de saber qué es “aquello” que nos llevará a hacer el “click” y a la vez haberlo sabido en todo momento.
Porque he descubierto que siempre el poder interior sabe qué es lo que necesitamos para... Sólo que no queremos, no podemos, no estamos listos para escucharnos.
Cuando lo hacemos desaparece la dificultad, se allana el camino, encontramos lo perdido, nos acercamos a lo necesario y lo desconocido pierde su carácter.
Yo necesitaba hacer el click porque mis ensayos estaban espantosamente incompletos. Sólo pude llegar a él a través de una meditación que hice la tarde del viernes.

Acepto que la respuesta primaria puede no parecer del todo espiritual pero sin embargo me ayudó a lograr lo que necesitaba.
Tenía que ver con mi autoestima, mis afectos desestimados y mi inmensa pena de los días anteriores de la irreparable pérdida de mi amigo.
Saberlo, reconocerlo e intentar acercarme a una posible solución me permitió estar plenamente en contacto conmigo y por ende con mis emociones. Sólo en ese momento pude prestárselas a Juana para que cobrara vida y “fuera” realmente.
Hubo quien tuvo que ver con el “click” que también tiene que ver con el “¡gong!” y eso impidió que pudiera estar presente el día del estreno.

Será que muchas veces los seres humanos tenemos espacios indeterminados que no se alcanzan, ni se unen, que son capaces de una grandeza a cambio de otras tantas bajezas.
O quizás sólo son instantes aislados que no cuentan la historia completa.
Pero hay días en los que alcanzan.

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