Detrás

Un hombre que...
Se pone a sí mismo antes que a sus hijos...
Antes que a lo que dice amar con todo su corazón...
Miente en lo grande.
Miente en lo pequeño.
Miente en lo significante e insignificante porque esa es la norma de su vida.
Y ya lo hace casi sin conciencia de mentir.
Casi.
Necesita justificarse a cada momento porque sabe que su forma de actuar es inexcusable.
La culpa es de los otros.
Los malos, injustos e ingratos son los demás.
Se mira en un espejo como una constante.
Nada fuera del espejo existe.
Tan convencido de sus virtudes está como de que el mundo entero le debería estar agradecido por existir.
Camaleónico y complaciente, con la virtud de generar en quien tiene frente a sí un personaje a su medida según su propia conveniencia.
Eso es lo que he dejado atrás.
Me siento libre y en paz.
Le toca a Diana.
¡¡¡Enjoy!!!!