Bello Abril

Nos pasan tantas cosas en la vida, que si aparece el sol hay que dejarlo pasar... Abril, otra vez, para que no tengamos soledad. Y las violetas que coronan tu tristeza y las guirnaldas de tu inmensa soledad sos tan hermosa que jamás vas a dejar de brillar así aquí o allá... Sos parecida a los planetas que se mueven por ahí que no podés parar ya nunca de girar... Para que no tengamos soledad... para que no tengamos nunca más soledad... Fito Paez.

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Nombre: Abril Lech
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

lunes, julio 17, 2006

Por Soleares

En una de las revistas que acompaña uno de los diarios del domingo de esta semana leo una vez más que una mujer que ronda los 40, (bonita, inteligente, simpática, cariñosa, tierna, etc., la lista es larga), afirma que disfruta mucho de estar sola.
Aclara que si bien le encantaría tener una pareja y enamorarse, (como a cualquiera), realmente goza de la libertad de hablar con quien quiera sin que nadie la controle o la moleste.

Una amiga me decía hace un tiempo: "Estoy tan bien sola y la paso tan bien conmigo misma que a veces me da terror pensar que no voy a volver a enamorarme por temor a perder este equilibrio maravilloso que he conseguido luego de mi última pareja". Esta chica tiene sólo 32 años y toda una vida por delante.
Escuché al pasar el jueves dos mujeres hablando frente a una vidriera. Una le decía a la otra: "Llegar a casa, prender la música que me gusta, cocinarme mis delicias y sentarme en el living a leer un libro es un placer que sería impensable si estuviera en pareja."
Con las variantes sobre qué implica para cada uno disponer de su tiempo y su espacio, cada vez es más común escuchar este tipo de comentarios de mujeres de todo tipo, en una franja bastante amplia que va desde los treinta y pico a los cincuenta.
Las mujeres la pasan muy bien estando solas porque pueden desplegarse libremente, sin tener que atender a nadie, dar explicaciones de ningún tipo, ni sentirse evaluadas por cada paso que dan o dejan de dar. Todo ello sin necesidad de tener que prescindir del sexo, como hubiera sido en otras épocas.

Pero, de alguna manera esto también sucede porque el hombre ha dejado de cumplir con su ser propio y específico que lo hace imprescindible en el mundo femenino. Entonces ellas no sienten que les falta nada.
Me pregunto a menudo.
Este tipo de afirmaciones...
¿No hace que ellos se replieguen sobre sí mismos aunque sea por unos minutos y se pregunten qué es lo que en ellos no está funcionando adecuadamente en su manera de desenvolverse?
¿No genera una reflexión autocrítica masculina que las mujeres puedan prescindir de ellos en la vida cotidiana?
¿No será el momento de dejar de ser "tan piolas" para convertirse en "seres únicos" de quienes cueste desprenderse por el valor agregado que representan en la vida de cualquiera?
¿No tendrán que reubicarse en su masculinidad para volver a ser valorados como compañeros, contenedores, amantes, amigos y seres protectores dentro de la pareja?
No se, me pregunto...

3 Comments:

Blogger Gonzalo Villar Bordones said...

He comenzado a disfrutar estar solo. Y, eso me pone triste.

11:14 p.m.  
Blogger Gonzalo Villar Bordones said...

Llegué a tu blog, saltando desde el de Malena.

Me encanta viajar a Buenos Aires, para ir al teatro. Sea en el Centro San Martín, en agún teatro (de los que quedan) en Corrientes o en funciones más underground.

Hace dos años estuve en la Feria del Libro, presentando un poemario.

Más información sobre "La TEmpestad", aparece en http://latempestad2005.blogspot.com

3:07 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Hi! Just want to say what a nice site. Bye, see you soon.
»

11:08 p.m.  

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