Amor ¿a cualquier costo?

(Foto: Philip Hyde Weatheres White Bark Pine)

Incondicionalidad.
Absoluta.
A cualquier costo.
Conceptos errados acerca del amor,
encerrados en esta palabrita engañosa.

Amor capaz de excusar hasta lo inaceptable.
Infidelidades, violencia doméstica, malos tratos, abuso psicológico, explotación, desamor, rechazo, burla, indiferencia, menosprecio, celopatías... toda una variante de situaciones que no condicen con el amor. Que no son aceptables. Que no se ajustan al concepto de "incondicionalidad" que todos deseamos, queremos y prodigamos.

"No importa lo que hagas, te voy a amar siempre".

Más de una vez dije eso, y he comprobado que es verdad.
Tiene que ver conmigo, no me es fácil abandonar un afecto.
No cambia en mí el sentimiento por el comportamiento del otro.
Pero aprendí, por mí, a cambiar la actitud.
Por una cuestión de autoestima personal.

Cambia la decisión de permanecer juntos,
ese moverse al vaivén de los caprichos del otro,
aceptando descalificaciones, manipulaciones,
ausencias, amenazas, indiferencia,
la falta de compasión por lo que uno siente.

Cambia la elección de cómo continuar
el camino. De esa manera enferma o
cada quien por su lado. Aún cuando el sentimiento
continúe presente, en mayor o menor medida.

Poder aprender esto es todo un proceso
de idas y vueltas íntimas,
de avances y retrocesos.
Pero se puede. Y se debe.

En fin, que viene al caso porque ayer fue San Valentín.
Y siento que festejé por partida doble.
Porque hay un amor que es primero:
difícil amar a otro quien no se ama a sí mismo.
Sólo que lo olvidamos.

Es por culpa de esa palabrita,
Engañosa.
Concepto errado.
Absoluto. A cualquier costo.
Incondicionalidad.