Sin extraviarnos

"Hay una voluntad
del poema
de no ser escrito.

Al escribirlo corro un velo.
Lo profano".

"Musas Extraviadas"
Máximo Ballester

Perdónenme si no creo en tal profanación -el sentimiento íntimo del autor lo respeto, no me queda más remedio) al tiempo que celebro este animarse a creer que lo que sale de nuestras manos tiene valor y merece ser conocido.

Max publicó -no sin esfuerzo- "Musas Extraviadas", libro que lleva el título de su Blog, un conjunto de poemas que fue compartiendo con todos en los últimos años y que poseen en sí mismos la virtud de mirar lo cotidiano con los ojos de la fantasía.

Los seres que habitan los poemas de Max son -a falta de mejores musas ya que éstas, como se nos ha sugerido y se refuerza, no fueron encontradas- inmóviles puertas de toilette, frascos con olor a lluvia, hamacas con fantasmas, cerdos gourmet, murciélagos surcando la luna, clepsidras, caballos fugados de calesitas, limpiadores de vidrios, vacas sin amor...

Todos nos arrancan sonrisas al tiempo que nos obligan a mirar desde otro ángulo. Y sí, al escucharlos uno asiente en lo observado. Y sonríe nuevamente. Allí estábamos acompañando a Max. No sólo nosotros. Desde la mesa y como testimonio de su presencia la escultura de Patricia, su hermana, titulada "Madres", foto de tapa que ilustra el libro.

A los que no pudieron venir no se preocupen. Para ellos también hay: Max ya planeó su venganza. En verso, claro.

"Mi venganza es que un día
un verso mío te dé alcance
y te desnude por completo
cando camines por la calle".

***
Apostillas:
Y cuando volvía a mi casa, luego de tanta poesía condensada, la noche y el cielo se dibujaban delante mío de esta increíble manera: