Bello Abril

Nos pasan tantas cosas en la vida, que si aparece el sol hay que dejarlo pasar... Abril, otra vez, para que no tengamos soledad. Y las violetas que coronan tu tristeza y las guirnaldas de tu inmensa soledad sos tan hermosa que jamás vas a dejar de brillar así aquí o allá... Sos parecida a los planetas que se mueven por ahí que no podés parar ya nunca de girar... Para que no tengamos soledad... para que no tengamos nunca más soledad... Fito Paez.

Mi foto
Nombre: Abril Lech
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

jueves, enero 21, 2010

La noche que mi Nona se nos fué


No te mueras con tus muertos;
¡míralos marchar por su camino,
hacia su meta, y aprende la lección
que ellos te dejan, diciendo
que tu andar de peregrino,
también tiene un final,
al que te acercas...!
"No te mueras con tus muertos"
René Trossero


El martes 19 de enero, en la madrugada, mi Nona dió su último suspiro abandonando este mundo. Llevaba en él más de 97 años. Su persistencia en la vida se debía al hecho de que todo lo disfrutaba en este mundo y no tenía intenciones de abandonarlo así nomás.

Quiero contar cómo fue su retirada de él, cuando se encontraba tan aferrada a la existencia, y cómo lo viví yo en forma particular. El texto es largo, podría abreviarlo pero no lo considero para la ocasión, ya verán ustedes por qué.
Nunca antes estuve yo tan cerca de la muerte, es decir, en medio de ella. Jamás involucrada tan activamente en su proceso. Lo tomo como un regalo de los que esta experiencia humana me ha dado junto a mi Nona que siempre tuvo conmigo una relación muy estrecha.

La tardecita del lunes, por un llamado de mi papá que estaba en otra ciudad, me fui a casa de mi abuela. Estaba sola con la señora que la cuidaba, Teresa, acababan de irse los médicos por tercera vez en el día decepcionados por la negativa familiar de internarla. Era su deseo y el nuestro que las últimas horas fueran en su casa con todo lo que ella amaba. Mi hermana, su marido y mi sobrinita también habían estado un rato antes acompañándola.
Eran cerca de las cinco de la tarde. las horas las tengo muy claras porque mi Nona tenía en su mesa de luz un reloj que al pulsarlo dice verbalmente las horas. Más toda una colección de relojes de pared y pie que en el living van sonando con intervalos de segundos. Justo para mí, que no creo en el tiempo humano convencional ¡Qué paradoja!.

Eran cerca de las cinco de la tarde y al entrar al cuarto me detuve asustada. El aire dentro de él era espeso, muy denso. No era el calor, era algo inmaterial, de una densidad muy pesada al punto que el primer movimiento que tuve fue el de darme vuelta e irme. Mas tarde supe que mi sobrinita (6) fue exactamente lo que hizo, con el amor que ella le tiene a la Noni, giró sobre sus pasos y manifestó que allí no entraba. Y que incluso tuvo plena conciencia de la muerte próxima de la Noni y así se lo manifestó a sus padres. Digna sobrina mía.

Digamos que la agonía tiene peso específico, la vibración es fácilmente perceptible sólo que, en un claro proceso de negación mental, uno hace un esfuerzo para atravesar ese halo energético internándose en él con una serie de pensamientos que lo descartan o minimizan. Estoy segura que muchos que me leen saben de lo que hablo. Me senté a su lado izquierdo en la cama y le hice saber que yo había llegado.

Eran cerca de las cinco de la tarde, mi abuelita se revolvía inquieta en movimientos pequeños pero constantes. Respiraba con dificultad lo que interfería en la comunicación que se hacía lenta y trabajosa. se alegró al verme llegar, creo que me esperaba. Me anunció: "Esta es mi agonía". Y esa frase me la repitió durante las tres horas que me quedé con ella.

Yo solía hacerle bromas sobre lo trágico, mi primer respuesta fue: -Este día todos agonizamos del calor" -y le contaba cómo la gente estaba en la calle a la espera de la tormenta que aliviara el aire. Noté desde un principio que mi abuela no reía de mis comentarios graciosos y eso fue el primer cambio que me dió la pauta. Percibí lo importante que era en ese momento para ella que yo entendiera que las bromas habían terminado.

Luego me dijo: "-Me siento realmente muy mal" - Le pregunté que le dolía y me contestó: -"Me duele todo y nada, como cuando uno se está por morir. Ya quiero morir!. Bueno, esto les voy a decir es una manifestación de lo más importante. He leído en cantidad de estudios sobre enfermos y moribundos que la muerte se produce cuando ellos han decidido entregarse. Supe entonces que era cuestión de horas.

La muerte es un proceso. No ocurre cuando se deja de respirar, o cuando el corazón cesa en sus funciones. Antes de eso la experiencia del entorno comienza a alejarse y disolverse. quien toma conciencia de su muerte próxima atraviesa un momento de pánico, ansiedad, confusión y temor. Eso mismo le estaba sucediendo. Mi abuela, guerrera nata de la vida, estaba aterrada. Lo manifestaba con gestos, se negaba siquiera a cerrar los ojos y descansar. Mi cuñado que es cardiólogo y venía a cada rato a revisarla me confirmó lo mismo: estaba asustada.

Recordé de los libros de Elizabeth Kubler Ross lo importante que eran esos últimos momentos y traté de hablar de sus miedos. El primero tenía que ver con esta realidad de no poder ya manejar su cuerpo. Y de notar que el aferrarse a la vida no la estaba ayudando. Por ejemplo: como eran las cinco quiso tomar el té, de lo que nos alegramos porque se estaba deshidratando. Pidió en realidad un mate cocido y con alegría intentamos incorporarla en la cama para que lo tomara.

Mi abuela, creo que ya lo he contado, es una mujer medio paqueta. Asi que no iba a tomar su colación en la cama. Con dificultad la sentamos en su silloncito y le ayudamos a beber unos sorbos. Pero la realidad era que el cuerpo ya no quería nada y su gesto de continuar con sus tradiciones de las cinco de la tarde fueron vanos. El cuerpo no se sostenía de ningún lado y sentía que la cabeza se le caía sin caérsele, con lo que tuvimos que volverla a la cama.

-"Es mi agonía" -repetía. Entonces le dije: -Noni, no luches más. Entregate en paz". Su boca estaba muy reseca y comenzaba la deshidratación. Pensamos en las formas de brindarle agua, sin resolver nada. El cuerpo se ponía cada vez mas frío, y como ella seguía hablando de dolores inespecíficos con Teresa comenzamos a hacerle masajes en los pies con un preparado especial de aloe vera, hasta que tomamos conciencia que en realidad ya no lo sentía. Mi sensación al pasar mis manos por sus piernas es que no había circulación.

Mientras Luisa, la enfermera que acababa de llegar le tomaba la presión y nos decía que estaba mejor que en la mañana, yo pude ver la expresión en la cara de mi abuela y entendí que había llegado el momento de preparar a Teresa. Así lo hice cariñosamente mientras ella lloraba sin pausa. Luego me quedé sentada en la cama, a su izquierda, sosteniendo su mano. La respiración se le fue haciendo mas forzada y mas trabajosa.

Me pidió que pusiera música. Yo busqué en su radio portátil música clásica. -¿Te gusta esto? le pregunté. -No hijita, poneme radio 10. No podía creerlo, le puse Vale. Se quedó perdida, sus ojos veían algo que yo no notaba. Su respiración comenzó a hacer un sonido extraño, una especie de ronquido. Yo percibí que o no me escuchaba o no me prestaba atención, veía algo que nosotras no y por mas que yo le preguntaba no me lo compartía.

Sus ojos iban detrás de algo y era evidente que su mente estaba muy activa. Les diría que sostenía una conversación mental con alguien. Entonces tuve intriga y le pregunté: -¿Dónde estás? - En mi cuarto, me respondió. -Sí Noni, pero te pregunto dónde estás con tu mente. Me dijo: "Augusta". Era una tía a quien ella acompañó hasta último momento en su muerte, unos 20 años atrás. Le pregunté si la veía o la pensaba, me contestó que no fuera tonta. (¿?)

Mis primos me contaron mas tarde que ella pasó toda la semana viendo a sus seres amados fallecidos. Cada uno se acercó a ella para darle algún mensaje. El miércoles pasado mi abuelo le dijo que tuviera paciencia, que le estaba pintando una casita de blanco y que ni bien terminara la vendría a buscar. A partir de las siete de la tarde se entregó. Se quedó tranquila, no se quejó mas, no preguntó la hora ni quiso atender a su amiga Rosita (92) en el teléfono.
Yo tenía en mi auto la cena de la noche, asi que cerca de las ocho, como el médico y mi cuñado estaban por llegar, me volví a mi casa avisando que vendría nuevamente en la noche. Hice la cena para mi hijo Tommy, su novia, y los tres nos quedamos hablando en una larga sobremesa sobre el Libro Tibetano de los Muertos. Menos mal, porque eso me ayudó a recordar.

Era la una y cuarenta cuando llamé a Teresa para saber cómo estaba mi abuela. Teresa la sostenía con un brazo para que respirara mejor al estar incorporada, según la indicación de mi cuñado que estaba en camino, con el otro me atendió el teléfono. Comenzó a contarme que respiraba con dificultad para enseguida comenzar a gritar: -No respira, no respira más!

Quince minutos me llevó llegar hasta allá y algo dentro mío me decía que no debía tardar más de 20 minutos (repito nuevamente que yo no creo en el tiempo lineal y sin embargo me dejaba llevar por él!). Yo pensaba que si la policía me seguía por exceso de velocidad mejor para que me ayudara en el trance.


Comenzaba a asustarme.
Mandé dos mensajes de texto mientras manejaba: uno a mi madre donde le pedía que fuera preparando a mi papá. Y otro a quien pensé erróneamente que podía sostenerme emocional y en forma práctica, porque no sabía yo que se hacía en estos casos. El primero lo leyó mi propio padre en medio de la ruta, tres horas después, bajo una torrencial tormenta que lo obligó a detenerse en Chascomús. Y supo lo que nadie le quería decir. El otro, donde pedía ayuda y presencia no fue respondido jamás. Y supe.

Cuando llegué a casa de mi Nona mi cuñado estaba allí, llorando con tristeza infinita en la presencia del cuerpo estático. Teresa refugiada en la cocina hacía lo mismo. El aire del cuarto había cambiado totalmente. Se respiraba ligero y había inmensa paz. La besé con cariño y volví a sentir que me estaba esperando. Me alegré de no verla sufrir más y así lo manifesté en voz alta, mientras lloraba por su pérdida. Me parecía increíble que se hubiera marchado. Se me antojaba inmortal.

Los que pensamos que la muerte no existe y es apenas una transición hacia otro estado, tenemos conciencia plena del acto trascendente que significa abandonar el cuerpo. Yo intuyo que este proceso de dejar la carne que nos ha sustentado en esta experiencia humana es mas complejo cuanto mayor sea el tiempo transcurrido dentro de ella.

Efectivamente, el alma no se retira inmediatamente del cuerpo. Irse sigue siendo un proceso donde liberar las energías sutiles toma un tiempo lineal que según los distintos autores puede llevar de 20 minutos a tres días. Indra Devi siempre decía lo de los tres días, y ese fue el tiempo que se esperó para su cremación. Yo no creo en el tiempo lineal pero sí absolutamente en los momentos de vida. Y el momento estaba ocurriendo. Por eso estaba yo allí, para eso había sido convocada por mi Nona, no tenía la menor duda al respecto.

Hace algunos años experimenté con una psicóloga preparada al efecto, algunas experiencias de Regresiones a Vidas pasadas. Mi primera experiencia fue la del Bardo, sin saber en ese momento qué es lo que estaba vivenciando. Les puedo asegurar que es bastante terrorífico para el alma. Luego supe, un poco con la explicación de esta mujer y otro leyendo al respecto, que es un sitio donde algunos seres se quedan como "entrampados" entre los dos mundos porque están tan identificados con su cuerpo que no logran liberarse.

Yo había sido testigo esa misma tarde del terror de mi abuela a retirarse del mundo, entendí que debía ayudar y guiar a su alma para marcharse. Pero no tenía la más remota idea de cómo hacerlo. Mi cuñado en el living hablaba por teléfono, Teresa lloraba en la cocina, nosotras estábamos a solas en el momentos mas íntimo y crucial de la existencia humana, inmersas en el Rito de Pasaje.

Entonces dejé que mi propia alma guiara "la ceremonia" y encomendé la tarea a los seres de luz que estuvieran en ese momento junto a nosotras, pidiéndoles que me indicaran qué hacer.

Obviamente no lo hice en voz alta. Suficiente con que el padre de mis hijos trate de convencer a mis suegros y amigos de la pareja con que yo estoy loca como para ponerme así en evidencia. Creer en realidades extrasensoriales nos coloca en un lugar diferente respecto a quienes no creen pero les aseguro que está lejos de la locura y cerca de realidades trascendentes, las que nos esperan justamente al abandonar el cuerpo humano, por ejemplo.

Consideré un privilegio personal poder ayudar en esos momentos aún desde mi ignorancia. Di por sentada la comunicación telepática como les digo para no asustar a nadie y comencé a seguir las instrucciones que creí escuchar en el más absoluto de los silencios. Giré mi cabeza y vi sobre una mesita una cantidad de oraciones plastificadas que ella solía rezar.

Las tomé todas apoyándolas sobre la cama, coloqué mi mano derecha sobre la frente de mi abuela como hago con mis niños cuando están con fiebre para que sanen mas rápido y fui rezando las hojitas una a una. Al concluir mis palabras eran de alabanza y agradecimiento por ese momento, al tiempo que le recordaba al alma que debía abandonar el cuerpo y continuar el viaje.

Por momentos dejaba a un lado las oraciones y le manifestaba a mi Nona que no debía temer, que no estaba sola en este trance, que la acompañábamos en este camino (yo sentía que éramos indefinidamente muchos), que no se volviera hacia atrás (le recordé lo de Sara y las estatuas de sal), que se dejara guiar por el Amor hacia donde la estuvieran llevando, que debía dejar el cuerpo, que abandonara todo lo que la retenía, que se entregara, en fin... pensamientos que me iban surgiendo.

Tuve la agradable sorpresa de encontrar entre estas oraciones una que con mis compañeras de colegio rezábamos todas las mañanas antes de comenzar las clases, que no es muy conocida. Me sentí inmensamente dichosa al leerla e hice un esfuerzo energético muy grande para transmitirle a ella esa dicha. La oración comienza diciendo: -"Señor, dame hoy un corazón nuevo..."

Hice algunas otras cosas más que consideré trascendentes y de ayuda para el proceso, dejándome guiar por mi intuición. Tengo conciencia plena de la importancia de la imposición de manos y fui recorriendo su cuerpo con las mías transmitiendo siempre el mismo concepto. Luego, en algún momento, se me ordenó que me retirara y la dejara sola. Eso hice y permanecí en el living, dando gracias a Dios.

Pasamos toda la noche con ella en el silencio de la casa y a la espera. Mi hermana Gabi, mi cuñado, Teresa y yo. Esperando a mi padre que venía conduciendo bajo una tormenta infernal desde la costa. Fue una noche de mucho Amor, de comunión intensa con un Todo mas Absoluto, de inmensa paz, en la mezcla de la tristeza de la pérdida y la alegría del cese del sufrimiento inútil. No hubo temor, angustia, ni ansiedad en mi corazón y me siento una privilegiada por haber vivenciado algo tan intenso y profundo desde ese lugar.

Lo comparto para quienes estén viviendo un proceso similar donde alguno de sus seres mas amados esté próximo a partir o lo haya hecho hace poquito. Percibo que estas oraciones y meditaciones de ayuda para desprenderse del cuerpo físico y fusionarse con la luz pura deben extenderse unos días más y así lo vivo con mucho amor.

Al tiempo que acompañamos a mi papá en la tristeza de la pérdida, que llora a toda hora de la nada y la recuerda en sinfin de anécdotas. Anoche Pato cuando llamaste estábamos tomando un helado en Pérsico, como si fuéramos niños, se le caen las lágrimas solas al tiempo que repite: "Cómo la voy a extrañar!". Mis hijos se turnan también para cuidarlo y quedarse con él de noche.

Vivir en trascendencia es un privilegio que se elige. Cualquiera puede hacerlo y basta con seguir la energía del corazón que sabe exactamente lo que hay que hacer. Luego debemos ser totalmente humanos y llorar la pérdida como tal, porque eso es parte de la realidad que vivimos y allí se fundamente el misterio de la experiencia humana.

Al día siguiente pude sentirme libre de expresar mi dolor una vez que terminé los trámites administrativos junto a mi padre para los servicios fúnebres. Fue cuando el padre de mis niños, en un gesto que agradecí con todo mi corazón, me llamó desde el pais donde vive y tuvo la sensibilidad de llorar conmigo la pérdida de quien nos acompañara tantos años en la vida familiar.

Gracias por ese llamado, gracias por todos los llamados y mensajes, son estos momentos los que agigantan cada gesto y reubican los afectos en su sitio de pertenencia. Claro que hay tristeza. Y una nueva conformación familiar, sin duda. También por momentos un estado de incredulidad... a pesar de lo vivido... consecuencia directa de nuestra permanente dualidad...
Mi Nona se fue de este mundo, pero permanece por siempre en nuestro corazón. Y en otro sitio, a la espera de recibirnos a nosotros también, cuando llegue el momento. Mi alma canta la Grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador. Sinceramente, de todo corazón y desde lo profundo de mi alma.

Aprende de tus muertos una lección para la vida:
es mejor amar a los tuyos mientras viven,
que quitarte culpas por no haberlos amado,
cuando ya se fueron.
"No te mueras con tus muertos"
René Trossero

-----------------------------------------------------------------------------------------------
Estos son los textos que a través de los años me fueron preparando para este momento:
  • El Bardo Thodol, conocido en Occidente como El Libro Tibetano de los Muertos, W:Y: Evanz Wentz con prólogo del Lama Govinda y comentarios del Dr. CG Jung. (Ed. Kier)
  • El libro tibetano de la Vida y de la muerte, Sogyal Rimpoché con prólogo del Dalai Lama, (Ed. Urano)
  • Elizabeth Kübler-Ross, através de muchas de sus conferencias que pueden encontrar en la red, específicamente con sus libros "La muerte: un amanecer" (Ed. Océano) y "Sobre la muerte y los moribundos" que lo tenía bajado de la red.
  • ¿Quién muere? de Stephen Levine, (Ed. Era Naciente)
  • No te mueras con tus muertos, del Padre rené trossero, (Ed. Bonun)

Etiquetas: , , , , ,

12 Comments:

Blogger SAFIRO said...

Abril, mis respetos y condolencias para vos y tu familia.

Que tu querida abuela descanse en paz.

Un abrazo y beso

10:52 p.m.  
Blogger Andres Monder Vermon said...

Creo que has tenido la claridad de ver todo tal cual sucedio.
Queda colaborar para que se eleve, pero tranquila que cuenta con mucha asistencia del otro lado.

10:58 p.m.  
Blogger ...flor deshilvanada said...

Lo siento mucho! :(

Te juro que admiro tu manera de relacionarte con la muerte... me gustó mucho leerte, me ayudó mucho también.

Un besito Abril!

12:42 p.m.  
Blogger Ligia said...

Mediante tus letras he visto tus sentimientos en esos momentos y tu preparación ha tenido recompensa. Creo que has actuado con una serenidad digna de elogio y te doy mi sentido pésame por la marcha de tu Nona. Te envío un fuerte abrazo

5:49 p.m.  
Blogger Sonia said...

Siento mucho la perdida de tu abuela, me he emocionado leyendo tus palabras. Que entereza...

Ella siempre vivirá en tu corazón.

un abrazo

8:15 a.m.  
Blogger fgiucich said...

Te dejo un abrazo muy, pero muy fuerte. Tu pena me trajo las propias que todavía están muy frescas. Otro abrazo.

9:43 a.m.  
Blogger MentesSueltas said...

Querida Abril, aqui contigo en este momento, dejando mi energia...

Me parecio hermoso (si vale la palabra) que puedas escribir con tanta profundidad y sentimiento en estos momentos.

habla muy bien de ti.

te abrazo, con el cariño de siempre.

MentesSueltas

6:56 p.m.  
Blogger Abril Lech said...

* Safiro: Gracias de corazón. Contesto tu mail aparte. besos Irma!!!

* Andrés: La va a necesitar. Estoy segura. Gracias!

* Evan: Con esta en particular... no se las que puedan llegar a venir. Yo creo que uno mismo no sabe cómo va a reaccionar ante las situaciones tan límites e irreversibles... es un misterio.

* Ligia: A mi también me sorprendió, te aseguro. Gracias Ligia!!

11:33 p.m.  
Blogger Abril Lech said...

* Fer: Eras mi preocupación y deseaba que estuvieras en vacaciones y no pasaras por aquí. Lo pensé y sabía lo que iba a causar en tu corazón, lo siento.

* Sonia: Vivirá por siempre en el corazón de quienes le amaron y seguirá, estoy segura, viva de otra manera. Gracias!!!

* Mentes Sueltas: Un mimo lo tuyo, gracias...

11:38 p.m.  
Blogger Betty said...

Mis más sinceras condolencias por el fallecimiento de tu bella abuelita! Hermosas las fotos, en su sonrisa muestra toda una personalidad encantadora.

10:56 p.m.  
Blogger Silvia Cristina Cuesta said...

Un fuerte abrazo...por este doloroso momento que estas pasando...
Como vivi todo tu relato...con mucha emoción....
Que agradable abuela...se la veia muy coqueta...cuantos lindos recuerdos....

Te la entrego Señor..eso vale decirlo por unos dias...o cuando te acuerdes...

Que Dios les dee toda la fortaleza que necesitan....

En mi blog publique una oración Para entregar un ser querido...

Cariños

Silvia Cristina

9:32 a.m.  
Blogger Unknown said...

Hola Abril, mis condolencias a ti y tu familia. Muy buen recuento de los ultimos años de vida de tu Nona. Me uno al querer contalo todo sobre una persona tan importante en tu vida. Mi abuelo para mi fue lo maximo y sufri mucho en su partida. Abrazos!

2:20 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home