10 hábitos que te roban felicidad

Algunos hábitos que te quitan efectividad en las tareas de tu vida cotidiana:

* Prestar atención a la vida de otros y no a la tuya. Constituye el éxito de los programas de chimentos y cuentos sobre la farándula, la charla preferida de las vecinas con tiempos muertos y la pasión de las eternas amantes de las novelas que se consumen en la tele. Lo mejor es concentrarse en la propia vida y asumir el protagonismo propio. Suspender el juicio sobre la vida ajena, dejar de hacer comparaciones y ocuparse de la propia vida es un camino asegurado al éxito y la felicidad personal. 

* Abandona cualquier creencia que te limite. Tienes todo lo que necesitas para convertirte en todo lo que eres capaz de ser, lo único que necesitas es tomar el control de lo que te sucede y crear lo que quieres para tu vida.

* Dedica más tiempo a tus metas personales, mantente energéticamente unido a ellas y de esta manera  no habrá casi nada que no puedas lograr.

* Nunca será el tiempo perfecto para hacer algo, el tiempo ideal es el aquí y ahora. Simplemente hazlo y sigue adelante.

* Aprende a ver y usar cualquier contratiempo, adversidad o situación inesperada, a tu favor. Mírala como una oportunidad y descubre el secreto que en ella se encierra. Recuerda que no es la situación la que te define, sino cómo tú la enfrentas.

* La envidia, el enojo, la queja, el odio, son todos sentimientos que te roban energía, tiempo, ganas, y se vuelven en tu contra. Todo y todos a quienes envidias, odias, detestas, de quienes te quejas o con quienes te comparas, ocupan un espacio permanente en tu cabeza y corazón. Así es que, si quieres eliminar algo o a alguien de tu mente, desconéctate de ellos y sigue adelante.

* No mires atrás ni te aferres a miedos o preocupaciones. Porque todo pasa. Antes o después.

* No permanezcas junto a quien te hace daño o saca lo peor de ti. A veces tienes que alejarte de ciertas personas, no porque no te interesen o no los quieras, sino porque a ellos no les interesas. Cuando alguien te hace daño una y otra vez, acepta el hecho de que no se preocupa por ti. No desperdicies ni un segundo de tu tiempo tratando de convencerlos, impresionarlos o probarles algo.