Bello Abril

Nos pasan tantas cosas en la vida, que si aparece el sol hay que dejarlo pasar... Abril, otra vez, para que no tengamos soledad. Y las violetas que coronan tu tristeza y las guirnaldas de tu inmensa soledad sos tan hermosa que jamás vas a dejar de brillar así aquí o allá... Sos parecida a los planetas que se mueven por ahí que no podés parar ya nunca de girar... Para que no tengamos soledad... para que no tengamos nunca más soledad... Fito Paez.

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Nombre: Abril Lech
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

domingo, agosto 27, 2017

Efímera brevedad

En la época donde casi todo es efímero, 
la brevedad se agradece.

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miércoles, agosto 23, 2017

Ficciones

Según escuché hace unos días, la televisión argentina está floja de ficciones de origen nacional. 

A mi me parece que en verdad estamos saturados de programas de ficción. Empezando por el Bailando y continuando por todos los que saturan la televisión bajo el nombre (dudoso y versátil) de "chimentos".

Eso sí. No son de calidad. Pero bueno, ése es otro tema.

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lunes, agosto 21, 2017

Eclipse total de sol (y su influencia sobre los observadores ocasionales)


En estos momentos, una cadena televisiva norteamericana de noticias transmite en directo el minuto a minuto del “eclipse del siglo” (así lo titula) desde una ciudad americana. Hay cronistas del mundo entero distribuidos a lo largo de los Estados Unidos para captar el momento preciso en que la luna tapara al sol.

El cronista relata el estado emocional de la gente y los perros a partir de su particular visión personal, ésa es, según le han dicho, su función en el lugar. La descripción es algo bizarra, la gente espera en una actitud pasiva propia del sustantivo, y el enviado especial se ve obligado a interpretar caras y a preguntar tonteras entre los que tiene alrededor.

En el "minuto a minuto" se escuchan los gritos de las personas cuando comienza a oscurecer, el acreditado periodista relata cómo el camarógrafo se ve obligado a cambiar la lente de la cámara y describe inverosílmente los dos minutos de gloria de la luna tapando la luz del sol.


Una vez que la luminosidad regresa al lugar, el señor de traje, micrófono en mano, pregunta a niños y grandes acerca de sus impresiones. Una mujer de unos treinta y pico llora alterada, ella misma manifiesta que no sabe bien por qué.

Al otro costado, una familia venezolana ha sido el eje del comentarista, tengamos en cuenta que no hay muchos hispano parlantes en el sitio y el cronista necesita material en español. La mamá del grupo explica con voz entrecortada por la conmoción que, si bien había contemplado un evento igual unos 20 años atrás en Maracaibo, éste ha sido mejor, mucho más increíble, más “vívido”. Cuando el reportero le pregunta el por qué la mujer aclara que del otro en verdad no se acordaba nada (¿?).

Mi carcajada no tapa los gritos y aplausos de la gente en la pantalla, que ahora saca fotos o filma con el celular o la tablet, hay locura general en el ambiente, los niños gritan “pichure”, “pichure” (o sea que hay que fotografiar como japoneses), otros declaran a gritos “ameizin” queriendo significar que fueron los dos minutos que hicieron que su vida valiera la pena. Yo murmuro “jodeme”, pero no hay cadena que tome mi declaración espontánea.

Los veo desde mi elíptica, mi preocupación principal siguen siendo los kilos que me sobran, y dos pensamientos recurrentes atacan mi presente, alternando su espacio vital dentro de mi limitado cerebro argentino. 

Es que pienso:

1) Las antiguas civilizaciones otorgaban todo un significado mágico a este evento natural durante siglos. La modernidad borra toda magia de un plumazo y convierte este suceso en uno más de los negocios rentables de la sociedad. Donde las estrellas han sido, sin duda, los anteojitos de cartón que permiten ver el fenómeno sin daño visual comprobable.


2) Escucho los comentarios de la gente algo perpleja, la señora agitada que nos muestra a su perrito, del que manifiesta que en menos de dos minutos (según ella entiende) creyó que venía la noche y se echó a dormir. pero que ahora se despierta por la presencia de las cámaras y los gritos. Para mí es evidente que el perro está aburrido de esta fantochada y no quiere ser funcional a la cadena norteamericana de noticias, pero la cámara muestra al can aburrido y le da su interpretación personal al tema. 

En fin, mi conclusión es evidente: el eclipse total de sol pone estúpida a la gente.


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martes, agosto 01, 2017

Todos sueño tiene un precio

LOS SUEÑOS TIENEN UN PRECIO. 
HAY SUEÑOS CAROS Y BARATOS, 
PERO TODOS TIENEN UN PRECIO.

Las Walkirias, Paulo Coelho

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